Hasta hace diez minutos el amor era un libro robado, una puerta de embarque y  un pote de comida a medio terminar, cinco minutos más tarde ya era un código de cuatro letras con conexión a Internet, un patrón táctil, un deslizamiento derecha-izquierda   y el reproductor de Youtube lo sabe, o al menos imagino yo que debe saberlo,  para escupir a Pat Benatar, con pantimedias rotas y una camiseta rosada, gritando que el amor es un campo de batalla.

 

Si por un segundo tomamos seriamente a Pat y  establecemos como un hecho que el amor es una guerra, tendríamos que establecer que esta guerra tiene lugar en un territorio nuevo, constituido de multiplicidades y a medio camino entre lo material y lo inmaterial; que ese territorio es una máquina de ficciones, un algoritmo vivo, infinito, inagotable. ¿ Cómo modifican las redes sociales las relaciones que existen entre las personas? ¿Cómo cambian su relación con el territorio?

 

En noviembre de 2015 compatibilice con un usuario en la red social Tinder, durante este tiempo ambos parecíamos mantenernos atentos al  número de Km. que nos separaba: 25, 4, 1, 25. Acaso, ¿Estábamos supervisándonos como una forma de recreación? El vigilante se tornaba vigilado y viceversa.  El juego fue evolucionando hasta el reto de conseguir el lugar de donde provenían los mensajes, pudiendo incluso determinar con exactitud el nombre completo del usuario, su lugar de residencia, lugar de trabajo y rutas probables de transito entre un punto y otro.

 

De acuerdo con la página web de Tinder, esta aplicación fue creada para remover la agresión del proceso de conocer a alguien nuevo, pero ¿Cuál es el riesgo asociado a tinderizar?  Tinder acepta que dentro del sistema existan riesgos, lo importante es que una mayoría o una estadística normal u aceptable derive placer de su uso.

 

El placer en este caso se obtiene en la forma de un número ascendente de compatibilizaciones y a partir de la supervisión mutua, proceso en el cual se genera un número importante de datos. La aplicación, en este sentido, funciona como un dispositivo de seguridad, brindándole a los usuarios la sensación de resguardo a cambio de su información.  Información que es comercializada por Tinder a terceros y a su vez puede ser recopilada por los usuarios, a partir de técnicas de ingeniería social y mapeo, como en el caso de este estudio.

 

Con este estudio intentamos evindenciar la vulnerabilidad de la información en esta red social.